Fundación IOTA: Controversia en torno a la distribución de tokens
Resumen
La Fundación IOTA ha enfrentado críticas por su reciente publicación en el blog que afirma presentar una distribución justa y sostenible de tokens. Sin embargo, los inversores se sienten engañados debido al aumento en el suministro de tokens y la falta de transparencia. Las promesas de IOTA 2.0 y una tokenomía justa de la fundación son recibidas con escepticismo.
Introducción
La reciente publicación en el blog de la Fundación IOTA describe sus planes para IOTA 2.0, con el objetivo de recuperar el mercado de criptomonedas. Sin embargo, los inversores cuestionan las afirmaciones de la fundación sobre una distribución justa y sostenible de tokens. Este artículo examina la controversia en torno al aumento en el suministro de tokens y la falta de transparencia, así como el retraso en el lanzamiento de IOTA 2.0.
Puntos principales
1. Inflación artificial:
En octubre de 2023, la Fundación IOTA aumentó el suministro total de tokens en más del 60% a través de la actualización Stardust, contradiciendo afirmaciones anteriores sobre la ausencia de inflación. Se espera que este aumento repentino ejerza una presión constante sobre el precio en el futuro, lo que deja a los inversores sintiéndose engañados.
2. Falta de transparencia:
La distribución de 230 millones de tokens a “colaboradores” ha generado preguntas sobre quiénes se beneficiaron de esta ganancia inesperada. La falta de respuesta por parte de la fundación a las consultas aumenta la frustración y la desconfianza entre los inversores. Además, no se han proporcionado los informes de transparencia prometidos por la fundación, lo que contribuye a la falta de confianza en el proyecto.
3. Retraso en IOTA 2.0:
La prometida IOTA 2.0, con su énfasis en Mana y las transacciones descentralizadas, no se ha materializado como se esperaba. La fundación no ha proporcionado ninguna línea de tiempo desde mayo de 2021, dejando a los desarrolladores e inversores inciertos sobre el futuro del proyecto. Este retraso socava aún más la confianza en la fundación y su liderazgo.
Conclusión
La forma en que la Fundación IOTA ha manejado la distribución de tokens, la falta de transparencia y el retraso en el progreso de IOTA 2.0 ha generado una pérdida de confianza entre los inversores. Las afirmaciones de la fundación sobre una tokenomía justa y la visión de IOTA 2.0 son recibidas con escepticismo y se perciben como una burla en la situación actual. Queda por ver si la Fundación IOTA podrá recuperar la confianza de los inversores y cumplir con sus promesas.